Las luces me hicieron volver

Vuelven, encienden las luces, esas que llevan desde octubre anunciando la llegada de algo, algo tan mágico, la Navidad. 


"Si fuera Alcalde de una ciudad, o Presidente, no permitiría tal gasto, estamos pasándolo bastante mal como para alumbrar la ciudad con luces y hacer tanta "parafernalia".



Brasil enciende el árbol flotante más grande del mundo, vale eso servirá para llenar páginas de los medios, obtener un récord Guinness, y difundir su "emotivo" mensaje, de encender nuestros corazones, valores, blabla, pues podrían pensar un poco en la gente que vive en favelas, o la que ha perdido la esperanza, mientras gastan tales cantidades de dinero por llenar un árbol de luces encima del agua.

Tan hipócrita como la construcción del estadio, dinero público para el espectáculo más "importante", y mira que lucharon porque no se celebrara eso que llaman mundial, pero la organización que no pienso nombrar manda... Tengo pendiente una entrada dedicada a ese deporte.



"La realidad en el dibujo de un joven de Brasil, seguro que lo recuerdan"

Brasil fue uno de los ejemplos que me llamó la atención, pero esto no es nuevo, lo de construir árboles gigantescos y llenar las calles de luces se hace en todas las ciudades, en mi ciudad leí el otro día un artículo de alguien que se quejaba de que la decoración de este año era bastante escasa, pues la verdad que a mi personalmente no me dicen nada esas decoraciones, ese dinero se podría invertir en otras cosas más necesarias, a modo de sugerencia yo propondría hacer un año sin luces, para "encender" la ilusión a aquellos que la perdieron












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