Luis, quedaros con este nombre, aunque realmente es un personaje inventado en un mundo inventado y por desgracia se trata de una situación inventada que podría haberse dado en la realidad.
Luis era hijo de una de las personas más ricas de todo el mundo, era hijo único y su padre vivía solo, su mujer se cansó de vivir en tanta riqueza y decidió irse con un hombre que conoció al decidir abandonar esa vida de lujos y ayudar a los más necesitados. Fernando se levantaba todas las mañanas a las 7 para ir a la empresa que había creado donde trabajaban en la versión de un nuevo sistema operativo para ordenadores que revolucionaría el planeta. A Luis nunca le faltó de nada y como su padre era rico pues desde que nació su padre todas las noches antes de acostarse le metía en una cajita que su madre le había regalado un billete de una cantidad bastante grande, siendo rico ¿qué importaba aportar tal cantidad a su hijo? Era una caja de madera, bastante grande, situada enfrente de la cama. Antes de apagar la luz le decía - Cuando seas más mayor entenderás para que sirven esos billetes, de momento tendrás que esperar, buenas noches, le sonreía y apagaba la luz.
Fernando estaba saliendo con una chica que había conocido en una página web de contactos, aunque siendo rico no le hubiera sido muy difícil conseguir pareja.
El tiempo pasaba, y el pequeño Luis comenzó a entender que ese papelito que su papá todas las noches le daba en el mundo donde el vivía se llamaba dinero, y que con el podía conseguir casi todo lo que el quisiera, entonces llegó el momento de que ese dinero entrara en un lugar seguro, la cajita donde todas las noches metía el dinero fue sustituida por una cuenta bancaria, ahora su padre todas las noches tenía la obligación de ingresar en su cuenta bancaria algo más que el billete que le daba, a medida que iba creciendo, la cantidad era mayor.
Luis a pesar de vivir en un mundo de lujos y riquezas había salido a su madre, una persona sencilla, gastaba su dinero solo cuando era realmente necesario y si tenía que ayudar a alguien lo hacía sin pedir nada a cambio.
El tiempo seguía pasando, Luis terminó los estudios y comenzó las prácticas de empresa donde trabajaba su padre, le salieron tan bien que todos los empleados que trabajaban con el estaban encantados.
Unos años más tarde el nuevo sistema operativo en el que Fernando había estado trabajando tantos años salió a la luz. Muchas de las ideas de su hijo fueron llevadas a cabo, había conseguido que la empresa de su padre colaborara con los países necesitados, llegó incluso a donar ordenadores con dinero de la empresa, cada sistema operativo que se vendiera era un ordenador para los colegios de países en vías de desarollo y si se registraba un nuevo sistema operativo se donaba parte del dinero a dichos países, grandes ideas que llegaron a concienciar a todo el planeta y gracias a ello consiguieron acabar con gran parte de la piratería de su sistema operativo.
Actualmente Luis está casado, y es subdirector de la empresa de su padre, todo ese dinero que su padre le había ofrecido desde que nació fue donado a una ONG, gran parte de los países que anteriormente estaban en vías de desarollo han conseguido salir adelante, poco a poco gracias a Fernando con la ayuda de su hijo han conseguido que la palabra pobreza sea historia.
Hace poco Fernando, su padre volvió a casarse por todo lo alto con su antigua esposa, que al enterarse de todo lo que había hecho con ayuda de su hijo se dio cuenta que no podía vivir sin el y su hijo no merecía eso, ahora son una familia feliz, y hace unas semanas Luis ha sido padre de un niño que se llamará también Luis. Todas las noches antes de acostarse en la misma cajita que su abuelo le metía el dinero repetía el mismo procedimiento. Antes de apagar la luz le decía - Vas a heredar una gran empresa hijo, cuando seas mayor trabajarás donde trabajó papá, que descanses...
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