El hombre del acordeón



En una de las líneas del metro de París sube diariamente el hombre del acordeón. En el interior de uno de los vagones del metro se escuchaba el vals de Amelie, canción bastante conocida por casi todos. París la ciudad del amor, donde la gente muestra una gran indiferencia a este artista anónimo, algunos incluso le miraban con enfado, como si ese ruido fuera un sonido insoportable. Un señor mayor hojea un periódico, una señora mayor mira a través de los cristales, un joven se entretiene con su reproductor de mp3 haciendo caso omiso a el sonido que salía de ese acordeón, dos chicas comentan su dura jornada laboral, poca gente le prestaba atención. Una vez terminada la canción pasaba por todo el vagón con un vaso de plástico esperando un pequeño incentivo por su humilde actuación. Algunos miraban para otro lado al verle pasar, otros decían que no tenían monedas, una de las señoras pensó que se trataba del revisor y le enseñó su ticket... Al darse cuenta de que no era el revisor le dijo que no y miró hacia otro lado.
Es hora de bajar del metro, la última línea acaba de llegar a la estación y el hombre del acordeón abandona el metro...

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